El Sol ha cumplido durante miles de años un rol fundamental en la vida humana, desde el aspecto biológico hasta el social. Sin embargo, y ante la creciente crisis climática, el llamado “astro rey” cobra una importancia todavía mayor, ya que apostar por la energía solar podría ser una estrategia muy eficaz para reducir el calentamiento global causado por las emisiones de combustibles fósiles.
“Definitivamente, el Sol sale para todos”, comentó Aline Kirsten, vicepresidenta de la Asociación Brasileña de Energía Solar (ABENS) en una videollamada con National Geographic. Kirsten, ingeniera eléctrica y aspirante a doctora en energía solar fotovoltaica por la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC), se dedica a estudiar el tema desde 2017 y es cofundadora de la Red Brasileña de Mujeres en Energía Solar (MESol), una organización civil que actúa por la igualdad de género en el sector de la energía solar. También forma parte del Consejo de la Sociedad Internacional de Energía Solar (ISES, por sus siglas en inglés).
En su reciente artículo sobre la monitorización de los módulos solares, publicado en CarbonBrief, la investigadora analizó el panorama actual de la energía solar desde Alemania, donde está completando su doctorado en el Instituto Helmholtz Erlangen-Nürnberg de Energías Renovables (HI ERN). “Es un camino que no tiene vuelta atrás”, dijo Kirsten al ser consultada sobre el avance de la energía solar en el mundo. “Formará parte de nuestras vidas y ocupará un porcentaje cada vez más mayor de la matriz energética de todos los países”, añadió.
Al igual que muchos otros estudiosos de las energías renovables, también considera que el uso del Sol como fuente de energía es una de las principales formas de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y una alternativa democrática, capaz de repercutir positivamente en otros ámbitos, mucho más allá del sector eléctrico. “Creo que la energía solar tiene varias funciones, no sólo en la transición energética. Sus beneficios van más allá de la geopolítica y conducen al desarrollo social del mundo”, afirma Kirsten.
¿Por qué habría que invertir en energía solar?
Debido a la actual dependencia humana de los combustibles fósiles, el planeta ya se ha calentado más de 1 °C en comparación con los períodos preindustriales. La evidencia procede del Sexto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), publicado en agosto de 2021.
El documento sitúa la quema de combustibles fósiles como uno de los principales responsables del calentamiento global. Por ello, la inversión en fuentes de energía limpia es una de las principales acciones recomendadas para el desarrollo sostenible, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Sumada a la emergencia climática, la actual crisis energética (potenciada por la pandemia de coronavirus y los conflictos internacionales en curso) puso en evidencia la necesidad de “limpiar” la matriz energética mundial.
La Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés) señala que las energías solar y eólica deben ser prioritarias en el sector energético durante los próximos ocho años, es decir, hasta 2030. Esto responde al objetivo de limitar el calentamiento global a un máximo de 1,5 °C, como se estableció en el Acuerdo de París celebrado en 2015.
La posición de IRENA fue recogida en el informe titulado Mirada Global sobre las Transiciones Energéticas 2022, que fue presentado durante la conferencia Berlin Energy Transition Dialogue, celebrada los días 29 y 30 de marzo en Alemania.