En nuestro mundo, cada vez más electrificado, la energía eléctrica se vuelve un recurso esencial. Desde las tareas cotidianas hasta los avances tecnológicos, dependemos en gran medida de ella. La revolución digital, con su conectividad global y acceso a la información, es un claro ejemplo de esta dependencia. La movilidad eléctrica también marca una transformación significativa en nuestro modo de transporte, promoviendo una movilidad más limpia y sostenible. Sin embargo, esta creciente demanda de energía plantea desafíos en términos de eficiencia y sostenibilidad. La necesidad de reducir las emisiones de carbono y promover fuentes de energía renovable ha llevado a buscar soluciones innovadoras y sostenibles. La transición hacia tecnologías más limpias y la adopción de prácticas energéticas conscientes son cruciales para un futuro más resiliente y sostenible para todos.

Desafortunadamente, en México hemos crecido acostumbrados a escuchar la frase «se fue la luz de nuevo», considerándola casi una situación habitual, pero en realidad no lo es. Esto refleja la inestabilidad, saturación y fragilidad de nuestro sistema eléctrico, el cual está atrapado en un ciclo negativo debido al aumento en la demanda de energía provocado por el crecimiento de la población. Además, se suma el incremento en las temperaturas anuales debido al cambio climático, así como la falta de inversión en nueva infraestructura eléctrica y el mantenimiento deficiente de la red actual. Todo esto representa un riesgo significativo para la seguridad y estabilidad tanto de hogares como de negocios, empresas y el futuro en general.

La energía solar distribuida con almacenamiento eléctrico se perfila como una solución prometedora para romper con este ciclo de riesgo y garantizar un suministro eléctrico confiable tanto en el hogar para tus seres queridos, como en tu negocio para tus clientes, y en tu industria para mantener la producción en marcha. Descubre más sobre esta alternativa energética.